Resumen de la ponencia a cargo de Enrique Rovira-Beleta, Albert Vila y Guillermo Hurtado el 10 de noviembre de 2016, en la sede del COAC (1a. parte)
La buena accesibilidad es la que está y no se nota. Bajo esta premisa sobre accesibilidad desapercibida, se inició la Jornada “Buenas prácticas en accesibilidad: la arquitectura de los sentidos” que tuvo lugar este jueves 10 de noviembre en la sede del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) a cargo de tres profesionales del sector, el Sr. Enrique Rovira-Beleta, el Sr. Albert Vila y el Sr. Guillermo Hurtado.
El objetivo del encuentro era reflexionar sobre las buenas prácticas que se realizan o pueden realizarse a la hora de mejorar la accesibilidad de los entornos públicos, ciudades, viviendas, locales, hoteles y restaurantes y comunidades de propietarios, enfocando la ponencia desde un punto de vista transversal.
Según el especialista Enrique Rovira-Beleta, “debemos hacer arquitectura para todos, la accesibilidad es un tema de actitud”. Enrique es arquitecto y se mueve en silla de ruedas, condición que le da una visión muy rica de cómo deben ser los espacios para que todo el mundo pueda disfrutarlos. La pregunta que hace al público es, a la vez, simple y contundente: ¿podría él ir de visita a tu casa? La mayoría de las personas diríamos… no. Son muchos los edificios y locales actuales que tienen barreras arquitectónicas, desde un escalón en la entrada del edificio a unas escaleras que impiden llegar al ascensor, sin olvidar las rampas (teóricamente accesibles…) con pendientes tan pronunciadas que parecen toboganes. La explicación de esta falta de accesibilidad actual se debe, según Rovira-Beleta, a un problema de falta de información y desconocimiento fruto de una cuestión sociodemográfica. Y es que, antes, las personas no tenían una larga esperanza de vida con lo que los problemas de movilidad asociados a la edad no existían y los arquitectos no debían tener en cuenta en sus diseños ese tipo de necesidades. A día de hoy, son muchas las personas que llegan a 70, 80 y 90 años y quieren seguir disfrutando de sus casas, ciudades y viajes, por lo tanto Rovira-Beleta lanza un mensaje a los nuevos arquitectos: “Cuando diseñéis pensad en vuestros abuelos”. Vale la pena decir que España será el país con más población envejecida en el año 2050.
Rovira-Beleta también incidió en la falta de formación en accesibilidad que existe en las universidades: “si los estudiantes no dominan la accesibilidad es imposible que puedan aplicarla cuando desarrollen futuros proyectos”. Es por eso que, Rovira-Beleta, dirige el “Postgrado en Accesibilidad y Diseño para Todos”, todo un referente a nivel estatal e internacional, puesto que es la única Escuela de Arquitectura en España, y una de las pocas del mundo, que tiene asignatura obligatoria en Accesibilidad, y Postgrado en su versión online interactivo.
Según el arquitecto, la accesibilidad representa una oportunidad de negocio que vale la pena aprovechar. Los posibles nichos de mercado los encontraríamos en el negocio de la rehabilitación accesible ya que, en la actualidad, prácticamente no se construye obra nueva, y la mayoría de edificios antiguos no están preparados para el acceso y la movilidad. Además, otra oportunidad surge de la combinar accesibilidad y diseño, ya que las personas con problemas de movilidad o discapacidad, al igual que todos, no sienten atracción por los productos ortopédicos, con una estética, a día de hoy, también “ortopédica”.
Rovira-Beleta lanzó al aire la necesidad que todos los proyectos de arquitectura deberían pasar por un control de calidad en accesibilidad e hizo hincapié en todas aquellas pequeñas cosas del día a día que ayudarían a mejorar la calidad de vida de todas las personas, “la accesibilidad son detalles”, dice. El arquitecto dio varios ejemplos sobre mejoras en accesibilidad fáciles de conseguir. Por ejemplo, sería interesante que los ascensores tuvieran paredes transparentes para poder ver si hay alguien dentro en caso de emergencia o que las puertas tengan un ancho mínimo de 80cm y los pasillos de 1metro. En el caso de las habitaciones de hotel, incide en que no hacen falta espejos inclinados, sino “un espejo grande y hermoso” en el que uno se pueda ver de la cabeza a los pies, y que haya espacio suficiente para poder transitar y hacer las transferencias con comodidad. Las camas, el baño, las mesas… también deben tener las alturas adecuadas y estar adaptadas para que todo el mundo pueda usarlas.
A lo largo de su ponencia, Rovira-Beleta dio varios ejemplos de buenas prácticas en accesibilidad realizadas en la ciudad de Barcelona, entre ellas la Villa Olímpica, que se construyó en su día pensando en criterios de accesibilidad, y pudo usarse sin problema como Villa Paralímpica en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Barcelona 1992.
Podéis consultar el resumen de las ponencias de Albert Vila y Guillermo Hurtado aquí.
Enrique Rovira-Beleta, es arquitecto y director de Rovira-Beleta Accesibilidad, S.L.P., Responsable del Área de Accesibilidad en la School of Architecture de la UIC Barcelona y del Máster en Cooperación Internacional de Arquitectura y Emergencias.
Albert Vila, es director de la empresa “Válida sin barreras”, especialista en soluciones de salvaescaleras y supresión de barreras arquitectónicas des de hace más de 20 años y con más de 10.000 máquinas instaladas.
Guillermo Hurtado, Técnico en accesibilidad del Institut Municipal de Persones amb discapacitat-IMD del Ayuntamiento de Barcelona.
Jueves, 10 de noviembre de 2016, ponecia sobre “Buenas prácticas en accesibilidad: la arqutiectura de los sentidos” en la sala principal del COAC (Colegio de Arquitectos de Cataluña), Barcelona.