Comenzamos septiembre y vuelta a empezar con los torneos de pádel. En esta ocasión la celebración tuvo lugar en Madrid, concretamente en la Ciudad de la Raqueta, VII Trofeo Fundación También-Konecta, celebrado los días 11, 12 y 13 de septiembre de 2015.
Desde este verano, cada vez que voy a programar el inicio del viaje, lo tengo que realizar solo, puesto que mi compañero de juego es de Palma de Mallorca. Tengo que reconocer que según qué torneo, en que ciudad se realiza, el viaje se hace un poco pesado. Y es que preparar el viaje no es nada fácil. En esta ocasión, fui a trabajar el mismo viernes (no solicite el día libre) y acabe a la 13:00. Con el tiempo justo de preparar el equipo de juego, compré un bocadillo y rumbo a Madrid. Cuatro horas de largo y solitario viaje hasta la capital.
En ocasiones, las distancias entre torneo y torno son una barrera que no todos pueden llegar a superar (o permitirse). Pero tras el largo camino, pude recoger a mi compañero en el aeropuerto de Barajas, y de ahí directos a las instalaciones deportivas. Finalmente, llegamos a nuestro ansiado destino: la Ciudad de la Raqueta. Sin apenas poder parar para descansar, nos toca jugar la primera partida a las 18:30, tras un día largo y pesado.
Pero no todo se reduce a competir… ni a la pista. En esta ocasión, las instalaciones deportivas en la Ciudad de la Raqueta son realmente accesibles, con rampas y ascensores donde procedía. Aunque parezca obvio, no siempre es así. Aun son muchos los complejos que, por faustuosos que parezcan, carecen de toda empatía hacia las personas que utilizamos silla de ruedas.
Por otra parte, está el hotel. Cabe decir que la entrada, además de su puerta giratoria (incómoda para la silla de ruedas) disponía de una puerta lateral casi siempre abierta. Además, la habitación estaba totalmente adaptada y en los diferentes espacios del hotel accesibles.
Competir no es fácil, pero existen factores que pueden ayudar. La accesibilidad de los espacios, a la pista o incluso a la habitación, son determinantes para poder estar concentrado y poder jugar un buen partido. Al igual que en el trabajo, considerar todos estos puntos requiere una gran empatía por parte de los organizadores y de las empresas, que en este caso, ha sido ejemplar pese la odisea del viaje.