La solución para que las personas mayores no sufran ningún trauma a la hora de irse de su casa a una residencia es el nuevo modelo de atención residencial que funciona como pequeñas unidades de convivencia de una docena de personas.
En estas unidades los residentes pueden hacer la compra, acudir únicamente a comer, pueden llevarse sus muebles, recibir a sus familiares o invitar a su nieto a dormir.
El nuevo modelo de atención residencial garantiza intimidad e individualidad, y se presenta como un nuevo espacio más abierto, flexible y atractivo, centrado exclusivamente en las necesidades de la persona. Además, uno de sus objetivos es que intenta potenciar una mayor implicación de las familias con los mayores. El coste para los centros concertados gira alrededor de los 1.220 – 1.500 euros.
Estos hogares – residencia están abiertos a los no residentes para que puedan ir a tonar el café, comer o lavar la ropa a la lavandería del centro… Además, hay la posibilidad de ir a dormir sólo unas semanas o un fin de semana.
Este modelo ya funciona con éxito en nueve residencias de Castilla y León y en otras regiones europeas. Por el momento, la valoración es muy positiva, muchas comunidades lo “ven como una oportunidad” para sus territorios por lo que no descartan introducir el modelo en la menor brevedad posible.
Ideas frescas para un futuro más esperanzador para todos.