Una de las soluciones más comunes para subir o bajar escaleras en el ámbito doméstico son las orugas salvaescaleras o sillas elevadoras salvaescaleras. Se trata de dos soluciones muy diferentes, con características y especificaciones propias que debemos tener en cuenta, por lo que escoger no es fácil. Por ello, queremos ayudarte en tu elección explicándote, punto por punto, las ventajas y desventajas de cada una de estas soluciones en accesibilidad.
Oruga salvaescaleras
Se trata de un mecanismo móvil, portátil, que permite a un usuario sentado o en silla de ruedas subir las escaleras con la ayuda de otra persona. Los elementos que caracterizan este tipo de soluciones son su adaptabilidad a prácticamente cualquier tipo de silla de ruedas, así como su sistema de remolque basado en bandas con relieve. Al utilizar la máquina, estas bandas de adhieren a la arista de cada escalón, describiendo un movimiento de palanca que impulsa la silla y al usuario a subir o bajar la escalera, según queramos.
Como ventajas, encontramos que las orugas salvaescaleras son una solución móvil, por lo que no necesitaremos ningún tipo de instalación ni obra para ponerla en funcionamiento, dejando la escalera libre una vez finalizado su uso. Además, su estructura es ligera y desmontable, permitiéndola llevar incluso en el maletero del coche. Y como punto a destacar, se adaptan a cualquier tipo de escalera, con un ancho mínimo de 55cm.
Por contra, las orugas salvaescaleras son soluciones que requieren mucha pericia y control por parte del conductor para poder garantizar la máxima seguridad del usuario. Su uso puede ser todavía más difícil si estamos hablando de subir o bajar varios pisos de desnivel, teniendo en cuenta siempre la autonomía de la máquina (40 escalones aproximadamente). A nivel técnico, las orugas salvaescaleras plantean otro condicionante: solo permiten transportar cargas de hasta 130 kg, incluyendo usuario y silla de ruedas.
Sillas elevadoras salvaescaleras
A diferencia de las orugas salvaescaleras, las sillas elevadoras salvaescaleras presentan un mecanismo totalmente diferente. Requieren fijaciones y guías para sustentar la silla y el sistema de tracción. Así, el usuario debe sentarse en el asiento de la máquina para poder subir/bajar las escaleras, factor que deberemos tener en cuenta si utilizamos silla de ruedas.
Como ventajas encontramos su versatilidad. Se adaptan tanto para espacios públicos como privados, interiores o exteriores. Para ello, actualmente existe un amplio abanico de modelos y acabados que supera con creces las opciones existentes de orugas salvaescaleras. Además, las sillas elevadoras no requieren mantenimiento y su precio suele ser similar o incluso inferior que una oruga.
Otro punto a tener en cuenta es el plus de seguridad que ofrecen las sillas elevadoras como solución fija. Ya sea con guías fijadas a la pared o a los escalones mediante postes, este tipo de soluciones ofrecen mayor estabilidad y seguridad que las orugas salvaescaleras. Ello permite transportar usurarios de hasta 150 kg sin problemas y recorre varias plantas de desnivel.
Pero como principal ventaja encontramos la autonomía que ofrecen al usuario. Mientras las orugas requieren la ayuda de otra persona, las sillas elevadoras están concebidas para la poder ser utilizadas por el propio usuario. Para ello disponen de control remoto y, una vez sentado, con solo presionar un botón se inicia el trayecto.
Conclusión sobre oruga salvaescaleras y sillas elevadoras
Creemos que la mejor solución para subir y bajar escaleras son las sillas elevadoras. Ya se trate de un uso puntual o diario, las sillas elevadoras ofrecen mayor seguridad y autonomía. Pese a que se trate de una solución fija, las sillas cada vez ofrecen menor grado de intrusión, garantizando el máximo espacio libre en la escalera.
Por otra parte, las orugas salvaescaleras son una buena opción para escaleras estrechas, dónde no es posible instalar una silla. Así también, si su uso será muy puntual (pocos días a lo largo del año) para facilitar el acceso a una persona con discapacidad o movilidad reducida. En cualquier caso, recuerda que el conductor deberá estar capacitado para garantizar la máxima seguridad.