Una de las soluciones en accesibilidad más comunes son las rampas para sillas de ruedas. Existen versiones fijas o móviles y se pueden fabricar en materiales diversos. Ello permite instalarlas en multitud de espacios: locales comerciales, en casas, comunidades de vecinos… Pero no todas las rampas son válida.
Comparativa de rampas para silla de ruedas
- ¿Cuándo se considera una rampa con una pendiente muy pronunciada?
- ¿Qué anchura deben tener?
- ¿Cómo debe ser la superficie?
Pese a su simplicidad, la realización de una rampa no puede ser improvisada si queremos que sea accesible. Debemos tener en cuenta que si va a ser utilizada por una persona en silla de ruedas, debe ajustarse a sus necesidades y movimientos.
Rampas fijas y portátiles para sillas de ruedas
Existen distintos tipos de rampas, cuando necesitas pasar frecuentemente por un lugar con desnivel, es mejor colocar una rampa fija. Normalmente están fabricadas de una sola pieza y son de materiales resistentes para instalar en todo tipo de espacios (interior o intemperie).
La rampa portátil o móvil sirve para utilizarla en momentos puntuales, por lo que estas rampas son más ligeras que las anteriores. La mayoría pueden plegarse para poderlas guardar fácilmente en cualquier espacio.
Rampas de aluminio para silla de ruedas
El aluminio es un material de gran calidad, resistente y perfecto para soportar las inclemencias del tiempo en intemperie. Si queremos comprar una rampa de aluminio debemos tener en cuenta la longitud de esta, cuanto más larga sea la rampa, mayor facilidad tendrá el minusválido de subirla. También debemos tener en cuenta el peso máximo que es capaz de soportar la rampa.
En Válida sin barreras disponemos del modelo de rampa FACILITAS, una rampa totalmente automática, robusta y segura para salvar desniveles de hasta 200mm.
Rampas de madera para silla de ruedas
Al igual que las rampas de aluminio, las rampas de madera sirven para hacer accesibles espacios donde hay peldaños, dentro y fuera de la casa. Se recomienda su uso cuando es necesario que sea movible (para el aseo, entrada de autos, para no molestar a los demás habitantes de la casa, etc.) y cuando se tiene un peldaño de una altura máxima de 15 cm.
Durante años se realizaron rampas para silla de ruedas sin seguir un patrón o norma, por lo que muchas de ellas no eran válidas. De hecho, todavía hoy existe cierta confusión a la hora de saber cómo deben ser estas rampas y que medidas deben cumplir. Por ello, desde la Administración se marcó una normativa que establece cómo deben ser las rampas para personas con discapacidad. Entidades como el CERMI señalan claramente sus características:
- La rampa debe tener una superficie antideslizante que impida derrapes o que patinen las ruedas.
- El ancho mínimo de la rampa debe ser de 120cm, preferiblemente recta o con una pendiente muy ligera.
- La rampa debe disponer de algún bordillo o saliente que impida el descarrilamiento de la silla. Este bordillo tendría que tener como mínimo 12 centímetros de altura.
- La zona de la embarque y desembarque de la rampa deben estar pensados para facilitar un acceso cómodo y suave en silla de ruedas. Por ello, se establece que deben estar libres de obstáculos o elementos que sobresalga, dejando espacio suficiente como para describir una circunferencia 150cm. Esta distancia permitiría un giro completo del usuario en silla de ruedas.
- La rampa no ha de exceder de una inclinación de un 2% o más de manera transversal. En otras palabras, la superficie de la rampa debe estar a nivel, evitando así posibles vuelcos o caídas.
- Junto a la rampa debe haber un doble pasamanos, uno a cada lado. Estos sobresaldrán 30 cm de la longitud de la rampa, facilitando así la entrada y salida.
- Los pasamanos situados a cada lado de la rampa deben situarse a altura entre 90 y 105 cm, y 70 y 85 respectivamente.
- Ninguna rampa superará los 9 metros de largo. De lo contrario, sería muy difícil poder superar para una persona con discapacidad. En caso necesitar una longitud mayor, se realizaran diferentes tramos separados con rellanos. Estos deberán ajustarse a las características citadas anteriormente.
- Por otro lado, en recorridos menores a tres metros, la pendiente deberá ser inferior a 10%. Si la rampa presenta una longitud de 3 a 6 metros, será de un 8%. En caso de ser más larga (hasta 9 metros) la pendiente no excederá los 6%.
Cabe señalar que el grado de inclinación es uno de los factores más importantes. Si la pendiente es demasiado pronunciada, requerirá un sobresfuerzo para el usuario de la silla de ruedas, llegando a poner en riesgo su estabilidad.
Para hacernos una idea aproximada, por cada escalón (de unos 20cm de alto) deberíamos tener dos metros de rampa. Si por ejemplo, debemos salvar 5 peldaños, necesitaremos una rampa de 10 metros.
Si las dimensiones no lo permiten, una alternativa para cumplir con la normativa de accesibilidad son los salvaescaleras y elevadores. Existen modelos para la mayoría de situaciones y usos. Además, no requieren obras en muchos casos, por lo que su instalación es rápida y limpia.
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