Sentir las olas bajo nuestros pies, dejar que las gotas de agua nos salpiquen la cara, notar el aire fresco con la brisa del mar… son sensaciones que notamos cuando surfeamos.
Y surfear era el sueño de Pascale Honore, una mujer australiana de 50 años que está acostumbrada a ver como sus hijos practican este deporte a diario. Pascale soñaba con poder unirse a ellos algún día pero su situación parecía complicarlo. Hace 18 años sufrió un accidente de coche que le causó lesiones en la columna vertebral y desde entonces, su paraplejia la obliga a estar en una silla de ruedas.
Un día, Tyron Swan, un amigo de sus hijos, tuvo una idea brillante que permitió que el sueño de Pascal se hiciera realidad.
Swan es instructor de buceo y de surf, así que propuso a Pascal atarla a su espalda y llevarla al mar. Practicaron durante mucho tiempo, Tyron ató a la mujer a su cuerpo con cinta adhesiva, y llegaron a la conclusión que el invento parecía seguro, así que poco después decidieron probarlo en el agua, y les funcionó a la perfección.
Para Pascale, surfear por primera vez fue increíble y anima a todo el mundo a superar sus barreras: "quiero inspirar a la gente a pasar por alto sus limitaciones y hacer que sus sueños se hagan realidad".
Querer es poder. ¡Adelante!
Aquí tenéis el video de esta historia.