De vuelta al hogar. Son muchos los que, obligados por las circunstancias económicas y laborales de nuestro país, vuelven a vivir con los abuelos. Este hecho ha provocado que, por primera vez en dos décadas, la tendencia a la soledad de los ancianos madrileños se invierta tras tocar techo en 2011.
Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2011 había 218.271 ancianos madrileños habitando hogares unipersonales (22,1% del total de mayores de 65 años empadronados ese año), y en 2013, la cifra descendió hasta 213.000 (un 20,5% de ancianos).
Tal y como consideran diversos sociólogos, la gente se refugia en casa de los abuelos, que ya tienen pagada la vivienda y una pensión. De este modo, tras fallar el Estado del Bienestar se producen estrategias de reagrupamiento familiar: la familia se une para apoyarse y reducir gastos.
De este modo los abuelos se sienten acompañados y tienen mejores cuidados de sus familias que antes no tenían tiempo de cuidarlos debido al trabajo. Si bien, también existe la otra cara de la moneda en el caso de familias que antes no estaban tan unidas a sus mayores. Angelina Fernández, presidenta de la Asociación de Jubilados de Madrid, afirma que: “hay gente que tenía a sus mayores apartados,q ue no iban a visitarlos, ya hora vuleven a querer estar con ellos. Eso les hace sentirse utilizados. Aunque afortunadamente son excepciones”.
Según datos del Barómetro de Mayores elaborado por la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados (UDP), el 53,7% de los mayores de la región ayudan con dinero a algún familiar, así pues, la tercera edad se ha convertido en el sustento principal de muchas familias de Madrid.
Solidaridad familiar en tiempos de crisis. ¿Qué opináis?
Fuente: 20minutos.