Pedro Díez, un ingeniero argentino ha inventado una silla de ruedas que se puede dirigir con el cerebro. El proyecto se llama “Interfaz Cerebro-Computadora” (ICC) y mide la actividad cerebral del usuario, recibe la información de lo que quiere hacer y envía la orden directamente a la silla.
Para realizarlo, la ICC está formada por un equipo que registra las señales del cerebro, un electroencefalógrafo, y un ordenador que se encarga de procesar e interpretar las señales.
Díez ha dedicado 5 años a este proyecto que formó parte de su tesis doctoral en el Instituto de Automática de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan, y todavía está en fase de pruebas para comprobar su efectividad.
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