¿Cuándo fue la última vez que os dedicasteis unos momentos de silencio o estuvisteis desconectados del teléfono?
En Singapur han abierto la “Tetería del Silencio”, un concepto de bar diferente que pretende que los ajetreados clientes urbanitas puedan relajarse y conectarse con sí mismos. Además, en este bar, el Hush Teabar, todos los camareros tienen discapacidad auditiva, potenciando la creación de empleo entre el colectivo de personas sordas.
La idea nació de la señora Anthea Ong, de 47 años, que dejó su trabajo como directora general de un grupo de consultorías para iniciar este proyecto. Lo curioso es que el bar del té no tiene una ubicación fija, sino que viaja y lleva la experiencia a los centros de trabajo, oficinas corporativas, etc. De momento la barra de té ha servido a más de 1.000 personas y asegura que es un negocio rentable. Con ella trabajan 25 personas con discapcidad auditiva a quien llaman “TeaRistas”.
Los participantes pagan de media unos 30 euros por una sesión de unos 45 minutos, que se divide en 4 partes.
Durante la primera sección se explica la misión de la barra de té, es decir, relajarse y abrazar el silencio. Después los participantes escogen una mezcla de té entre los 12 tés elaborados con flores, hierbas y frutas. Tienen que seleccionar el que represente mejor su estado actual o deseado de ánimo.
El siguiente paso es bastante complicado para algunos: entregar sus móviles.
Después, los camareros Tearistas llevan a cabo los rituales de té utilizando el lenguaje de signos, gestos o tarjetas flash. Se sirve el té a los participantes, que también hacen el ritual del té.
Ahora llega el momento que incita a los participantes a reflexionar y expresar sus pensamientos a través de lo que la señora Ong llama TeaArt (los participantes pintan usando té, no pintura).
Para finalizar la sesión, todos comparten sus experiencias. Según Ong, algunos se ponen a llorar, otros aseguran que habían experimentado la plena atención.
Sea como sea, está comprobado que la práctica del silencio y la meditación ayudan a curar y dar ánimo.
¿Creéis que una iniciativa así tendría éxito en nuestro país? En Válida sin barreras intentaremos ponerlo en práctica. 1, 2, 3… Silencio.