Así pues, no solo pueden guiarnos por el entorno, también pueden ayudarnos a superar condiciones psicológicas que suponen un límite sustancial en su estilo de vida.
Es importante escoger el compañero canino según el tipo de discapacidad, en el caso de ser compañeros para una discapacidad física, deben estar entrenados para recoger objetos del suelo, encender interruptores o abrir y cerrar puertas. Además, deben poseer capacidades de aprendizaje, ser dóciles y con buena reacción delante de los estímulos.
La decisión de adoptar un perro se tiene que estudiar muy detenidamente ya que puede suponer un cambio y una responsabilidad en la vida de las personas de acogida.
Existen algunas entidades de perros de asistencia que pueden ayudar a encontrar el perro adecuado para cada caso. Estas son algunas de ellas: AEPA (Asociación Española de Perros de Asistencia), ACGA (Asociación Catalana de Perros de Asistencia), Fundación Bocalán, ARCADYS, Fundación Canadd Internacional, Asociación Hidra, Can Planet, Educan y Asociación Lealcan de Integración Canina.
En Andalucía se ha anunciado una modificación en la Ley reguladora de los perros de asistencia, que extenderá los derechos a las personas con discapacidad física y auditiva y no solo a las de origen visual. Además, los usuarios podrán tener el perro de asistencia en su lado en todo momento durante la jornada laboral.
Fuente: http://diarideladiscapacitat.cat